Cada vez hay más aficionados a la escalada, practicando esta modalidad ya sea en salidas a la montaña, o en rocódromos. Pero, lo que no hay que olvidar nunca, tanto si estás pensando en iniciarte en este deporte, como si ya lo practicas habitualmente, es la seguridad.
La práctica de la escalada conlleva ciertos riesgos que tienes que tener en cuenta. Es necesario que cada vez que vayas a practicar no te fuerces, que conozcas tus límites y sobre todo que no te frustres si no llegas donde querías.
Se podría decir que el equipo de escalada es prácticamente tu seguro de vida, por lo que, no puedes dejar escapar ni un solo detalle tanto cuando lo compras como en su cuidados. Para cualquiera de los elementos del material, deberíamos exigir que tengan la homologación CE o UIAA, y por tanto etiquetados como tales. Además, es esencial que vayas revisándolo con el tiempo, ya que su envejecimiento produce el deterioro del mismo y, por lo tanto, la pérdida de fiabilidad.
El arnés es el elemento que conecta la cuerda con nuestro cuerpo, repartiendo la energía en caso de caída. En la elección del arnés deberíamos primar la comodidad, y el buen ajuste al cuerpo. De cara a la seguridad es importante elegir la talla adecuada, y que en ningún caso nos venga sobrante. Todos los arneses homologados son igualmente seguros desde el punto de vista de la resistencia.
La cuerda es el elemento básico de la cadena de seguridad. En escalada deportiva utilizamos cuerdas dinámicas simples, fabricadas en poliamida. Están compuestas por un alma de hilos trenzados, con función resistente, y una funda exterior que la protege. Son cuerdas marcadas con un 1 en las etiquetas de los extremos. Su diámetro es variable desde 9 a 11 mm según el fabricante y el modelo. De cara a la seguridad, un diámetro menor no significa una cuerda menos segura, a condición de utilizar un aparato de freno automático adecuado. Por el contrario, normalmente un diámetro menor conlleva una elasticidad mayor de la cuerda, lo que favorece la seguridad. Las cuerdas más finas, son sin embargo menos durables.
Las cintas express forman parte también de la cadena de seguridad, pues tienen la misión de conectar la cuerda a los anclajes de la pared. En las cintas express diferenciamos claramente dos partes, la cinta en sí y los mosquetones. En cuanto a la cinta, deberíamos utilizar siempre cintas cosidas.
El aparato asegurador forma igualmente parte de la cadena, pues conecta la cuerda con el arnés del asegurador. Su función es detener la caída, y además controlar el paso de la cuerda a voluntad del asegurador. El mosquetón que utilicemos para conectar el aparato al arnés debe disponer de cierre de seguridad. Esta conexión debe hacerse siempre en el anillo ventral, y no atrapando los bucles de las perneras y la cintura del arnés con el mosquetón.
Durante la escalada, el mosquetón puede girarse y quedar atravesado, en posición horizontal sobre el anillo ventral, esta posición es peligrosa ya que disminuye la resistencia del mosquetón en caso de caída. Deberíamos estar atentos a corregir esta situación, mirando regularmente el aparato, existiendo mosquetones que han sido específicamente diseñados para asegurar e incorporan sistemas muy efectivos para evitar este problema.
Antes de escalar una ruta, mírala desde abajo, estúdiala e identifica qué y cuánto equipo vas a necesitar. Si tu escalada es deportiva, cuenta las chapas para definir las cintas express que vas a necesitar y coge siempre al menos una extra, recordando también que si la reunión tiene argolla necesitarás un cabo de anclaje.
Es quizás la pieza más crucial en cuanto a la seguridad, y su uso responde únicamente a nuestra protección. Nos protege de la caída de piedras y de posibles impactos en la cabeza durante una caída. En escalada deportiva relativamente poca gente lo usa hoy en día, aunque su uso va en aumento. Está claro que es un buen hábito llevarlo, tanto el escalador, como las personas que puedan estar a pie de vía. El casco es fundamental que nos venga muy cómodo y ajustado: esto hará que nos dé menos pereza llevarlo.
Haz siempre una revisión doble con tu pareja. Muy pocos están acostumbrados a hacerlo, pero debería ser un paso obligado antes de empezar a escalar, existiendo la posibilidad de que el nudo de encordamiento esté mal hecho o la cuerda mal pasada por el dispositivo de aseguramiento.
Si tu eres el asegurador, nunca dejes de mirar al escalador. Si estás escalando, es muy importante que te comuniques siempre con tu asegurador. Escucharos siempre y estar atentos en todo momento puede ser fundamental como acción preventiva, cuando sospechemos que pueden desprenderse piedras o pensemos que una caida se avecina.
Asegurate que la cuerda tiene la longitud suficiente, tiene que ser de unos 70 metros aproximadamente, y te recomendamos que la marques justo en la mitad, para tener controlada la cantidad de cuerda que te queda. Esta marca nos da una idea inmediata de si tenemos suficiente cuerda para descolgar el compañero al suelo, en cualquier caso haz un nudo en el extremo de la cuerda inactiva para evitar que esta llegue a correr hasta salir del aparato de aseguramiento, y no olvides revisar los croquis del sector al que vayas, normalmente nos aportan información de la longitud de las vías.
Aunque es altamente recomendable que lo hagas con un guía certificado, siempre puedes hacerlo por tu cuenta, pero hazlo asumiendo el riesgo que eso implica. Hay mucha información gratuita en internet y también libros con amplias explicaciones para que logres una comprensión de tu equipo, maniobras a realizar y cómo proteger una vía correctamente, entre otros detalles de seguridad de la escalada, pero asegúrate que sean de fuentes fiables o libros escritos por expertos, y siempre, si te entra la duda, o tienes inseguridad de si puedes o no hacer cierto tipo de maniobras, simplemente no improvises; o practícalo en un ambiente seguro y pidiendo ayuda a alguien con experiencia.
Pincha aquí para acceder a la fuente utilizada (SEGURIDAD EN ESCALADA DEPORTIVA; BARRABES)
La mejor política para actuar en caso de accidente es prevenir su existencia. Una buena planificación de la excursión es el instrumento privilegiado. Pero, como en todo, el riego cero no existe. En tal caso:
Objetivo: hacer segura la escena del accidente, tanto para el accidentado como para nosotros y el resto del grupo.
Objetivo: avisar a los servicios de rescate de la forma más rápida, segura y efectiva.
Objetivo: atender a la víctima en base a nuestros conocimientos de primeros auxilios. Para ello sería más que deseable que todos realizáramos cursos de primeros auxilios y los refrescáramos de manera periódica: esta diferencia puede salvar vidas.
Pero sobre todo RECUERDA
Hay dos sistemas a los que acudir:
El teléfono en el medio natural ha de reservarse para obtener información y para una emergencia. Se puede dar el caso de que cuando sea necesario usarlo y tengamos cobertura, se haya agotado la batería, imposibilitando su uso. Esto suele ser por alguna de estas causas:
Por eso, anda con el teléfono apagado o en modo avión. Y actívalo cuando que te pueda prestar un servicio: información sobre un punto, identificación de tu localización en el recorrido, rectificación de su rumbo si te has salido del camino o llamadas de emergencia.
Una vez visualizado el helicóptero haz la señal internacional de socorro. Sostén en una de las manos una camiseta o bolsa de plástico para indicar la intensidad y dirección del viento
Durante el aterrizaje permanece agachado frente al helicóptero, a una distancia prudencial, protegiéndote los ojos para evitar que entre tierra u otro tipo de partículas y sujetando bien casco o gorra si llevásemos. Mantente así hasta que la tripulación te avise.
No te acerques NUNCA al rotor de cola, y sigue las instrucciones de la tripulación para subir al helicóptero:
Fuente utilizada: FEDME Y MONTAÑA SEGURA